miércoles, 28 de mayo de 2008

Se cuadra el perfil

Decir que se establecerá en este trabajo un perfil del homosexual como ser, tomando en cuenta su definición filosófica, es llevar acabo un señalamiento muy ambiguo. No obstante, habrá que recurrir a los textos anteriores de este espacio, para así llevar a cabo la construcción de aquel ser cuya característica biológica es la de un ser humano, socialmente y de forma regular, alguien perverso y anormal. Teológicamente alguien que se respeta su persona, empero no sus actos.

Es ése el punto de partida para culminar una de tantas las fases que espera tener “Sexualidad masculina gay”.

Cuando un ser humano nace, no es sabido por alguien cuál será su destino. Hasta las más exigentes leyes biológicas aluden a que es naturaleza del individuo desarrollarse y llevar a cabo el proceso de su vida de la forma que sea y sin importar qué parte sea en la que tenga más relación: padre o madre. Es decir, independientemente de si el pequeño vive con su mamá o papá, el rol sexual que decida tener más adelante, no tendrá injerencia alguna. Hay aspectos que señalan a que las hormonas tienen que ver con la preferencia sexual. No obstante es algo que está nulamente comprobado. Es ésta la parte biológica del homosexual.

Entorno a esta tesis, la
religión se abstiene de señalar como algo natural. Ellos dicen remitirse a aceptar a las personas, y no a sus actos. Hay que saber que los actos de una persona, llevan a la construcción de su personalidad, que por ende se proyecta en su persona. Por tanto, es posible notar de forma connotativa, que al final de cuentas las personas que someten sus pensamientos hacia dogmas eclesiásticos, al final de cuentas dan a conocer un rechazo total por el homosexual.

Contrastando lo señalado por los “adeptos” de Dios, está la
sexología, la cual no tiene postura en contra o a favor hacia la homosexualidad. Simplemente se remite a ser mediadora ya sea entre personas gays o bien, las mismas con heterosexuales como sus padres. Un ejemplo claro del segundo caso es el trabajo que hace el sexólogo Luis Perelman.

Al ser la filosofía el alma máter que se encarga de regir a todas las demás disciplinas, por ser la que antepone la razón primero que otra cosa, hace que la homosexualidad parezca algo totalmente normal.

María Teresa de la Garza Camino, profesora e investigadora en la Universidad Iberoamericana y maestra en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, señala que “a lo largo de la historia de la filosofía ha tratado de fundamentar los derechos humanos en ideales diferentes como la igualdad, la autonomía, libertad, racionalidad, dignidad de la persona.

“Para Emmanuel Kant, la capacidad de ejercitar la razón es la característica distintiva de la humanidad y la base para justificar la dignidad humana.

“Los derechos humanos son los que nos otorgamos a nosotros mismos como seres autónomos y formalmente iguales; estos derechos, por tanto, se originan en las propiedades formal de la razón humana y no en la voluntad de un ser divino”, puntualiza la académica.

Con las anteriores exposiciones, es posible dar cuenta de cómo es que debería cuadrar el perfil de una persona homosexual como ser: simplemente un ser humano. La razón debe ser su arma vital para sobrevivir en la vida.

No obstante, eso también deberá ser para la sociedad que lo rodea, pues se ha visto que a pesar de que sólo la irracionalidad e incongruencia de la Iglesia es la que sataniza a los gays como algo malo aún, suele denotarse cómo estamos viviendo en un mundo donde ese discurso está decayendo, y a la persona que ama a otra de su mismo sexo, se le está comenzando a dejar de ver como alguien anormal, para pasar así como desapercibido y únicamente sumarse a las filas de la masa social común y corriente, sin remordimiento alguno.

Después de dar cuenta cuál es el perfil del homosexual como ser, habrá que notar “qué sigue”. Aún se deja ver una ola de
homofobia que permite al gay sólo atrincherarse en el sitio más oscuro y penumbroso de la vida. En este momento, es posible recordad a Lalo, quien muestra de manera “práctica”, cómo es que vivió el rechazo por sus preferencias desde su propia casa.

Muchas veces, tal vez no sea el hecho de pensar en que la persona es o no, sino más bien la gente lleva a su cabeza momentos en los que ve en un homosexual a una persona promiscua, degenerada, perversa y todas las patologías sexuales inventadas y reinventadas. Y no piensan en que ellos también aman. Tienen en lo absoluto la misma capacidad de querer y odiar que cualquier ser humano.

Es importante puntualizar que de esta manera se puede crear alguien una construcción de la personalidad del homosexual, ya no con base en prejuicios ni estereotipos, sino simplemente con la serie de documentos que se presentaron, así como entrevistas que definen en cierta forma a cada una de las personas cuestionadas.

Sólo queda en palabras de Miche Foucault, definida de manera universal la concepción del homosexual: “lo que hace que se pueda desear a un hombre o a una mujer es solamente el apetito que la naturaleza ha implantado en el corazón de éste hacia quienes son `bellos´, cualquiera que fuera su sexo” (Foucault Michel, Historia de la sexualidad: Siglo XXi Editores).

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