miércoles, 28 de mayo de 2008

El espejo social de la homosexualidad

Utilizado por primera vez en 1970, el término bioética “es un terreno especializado de la ética en que se estudia de manera sistemática la conducta del ser humano en relación con la vida”, según la Comisión Nacional de Bioética de la Ciudad de México”.

Antes de ofrecer el perfil general del homosexual como
ser, con base en los temas tratados en las semanas anteriores, debe hacerse alusión a un tema que resulta de cierta manera determinante y que afecta de manera negativa o positiva en la vida de cualquier gay: homofobia. Éste, tratado desde la óptica que ofrece la bioética.

Puntos clave
La Comisión Nacional de Bioética organizó el encuentro Homofobia y salud el 31 de mayo de 2005, en el marco de la Campaña Nacional contra la Homofobia. Tomando en cuenta la compilación que recoge las memorias que reúnen los trabajos expuestos en dicho organismo, se darán a conocer los puntos clave para interrelacionar el miedo irracional hacia las personas que aman a las de su mismo sexo (definido así en el encuentro), con los elementos presentados con anterioridad en este espacio.
Es en 1973 cuando la Asociación Estadounidense de Psiquiatría eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades y trastornos mentales, casi un siglo después de haberla declarado enfermedad. El 17 de mayo de 1990, la Asamblea General de la Organización Mundial para la Salud (OMS), suprime la homosexualidad de las lista de enfermedades mentales, lo cual ha sido interpretado por muchos grupos con el fin de un siglo de homofobia médica.
Desde la amnistía

“En casi todos los países de l mundo, la vida de lesbianas, gays, bisexuales, y transgéneros, está limitada por una telaraña de leyes y prácticas sociales que les niegan el disfrute en condiciones de igualdad, el derecho a la vida, a la libertad y a la integridad física, así como otros derechos fundamentales como la libertad de asociación”, manifestó Liliana Velázquez Ramírez, presidenta de Amnistía Internacional México.

“Hoy en día, la visión de este organismo, es la de integrar los derechos de las personas LGTB (Lésbico, Gays, Bisexual, Transgénero)”, puntualiza la presidenta de dicha instituación.

¿Praxis o tesis?

“En México, el artículo 1º constitucional en su párrafo tercero, dice: queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las capacidades diferentes, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana”, expuso Ricardo Hernández Forcada, director del Programa de VIH/SIDA y Derechos Humanos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, México.

Agrega que “la discriminación es un fenómeno persistente en nuestro país. Así lo han mostrado diversos indicadores, por ejemplo, la Comisión Ciudadana contra Crímenes de Odio por Homofobia en su informe de 2003 reporta que de 1995 a esa fecha se registraron 280 asesinatos contra homosexuales (hombres y mujeres), lo que equivale a 35 homicidios por año y cerca de tres por mes.

“Por su parte, la Encuesta Nacional de Cultura Política y Prácticas Ciudadanas que dieron a conocer la Secretaría de Gobernación y el Instituto Federal Electoral en el año 2001 reveló, entre otras cosas, que el 66% de los encastados no compartiría el techo con un homosexual”, puntualiza el representante del Programa de VIH/SIDA.

Con esta postura, y el tan ambiguo planteamiento del artículo de la constitución que sólo incluye que se respete a las diferentes preferencias, se puede de manera fácil analizar qué es lo que sucede: si existe una verdadera praxis, o sólo se queda en tesis lo establecido.

Una retrospectiva

“En el Canon de la Medicina, se consideraba a la homosexualidad como `algo indigno, un fenómeno psicológico que debía ser castigado y no tratado´, lo catalogaba como una desviación. Históricamente la Ley de Peligrosidad Social en México consideraba como sujetos a los enfermos mentales, ebrios, toxicómanos, subnormales y homosexuales.

“La patologización del amor y del erotismo entre personas del mismo sexo cobra importancia en Alemania de 1886 con Von Krafft-Ebing y el `sentimiento sexual contrario´, que más tarde se incluyó en las perversiones o aberraciones como el sadismo, necrofilia, paidofilia o zoofilia”, señala María de la Luz Sevilla González, coordinadora académica de la maestría de Bioética de la Escuela Superior de Medicina del IPN.

Con ese panorama, es el 17 de mayo de 2005 cuando se promulga el Día Internacional de la Lucha contra la Homofobia a nivel mundial para señalar y considerar los riesgos de la exclusión y discriminación por razones de preferencia sexual. El 11 de junio de 2003 se creó la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación en consideración de la preferencia sexual. Y la constitución mexicana ha sido modificada para que el artículo 1º prohíba la discriminación de cualquier índole.

Más por menos es igual a…

Aterrizando lo expuesto arriba, es posible hacer una especie de operación, en la que se sitúen aquellos factores que han ayudado a disminuir la homofobia, empero hay que multiplicar las partes negativas de la misma situación.

Es posible notar que los resultados se ponen en boca de José Arturo Granados Cosme, profesor e investigador de la maestría en Medicina Social en la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, ya que alude a que “estudios realizados en países anglosajones revelan una asociación entre trastornos mentales y prácticas sexuales de riesgo; se ha identificado una asociación entre la depresión y el incremento de las prácticas sexuales de riesgo en varones homosexuales. Otro estudio entre adolescentes homosexuales y bisexuales afroamericanos e hispanos en Nueva York, encontró que a bajos niveles de ansiedad, uso de drogas y altos niveles de autoestima, hay mayor protección en las prácticas sexuales con penetración anal y oral.

“La depresión también ha sido asociada a la penetración anal receptiva sin protección con múltiples parejas así como con la intoxicación en las relaciones sexuales.

“En ese sentido, uno de los verdaderos factores de riesgo para el VIH/SIDA es la homofobia”, concluye el académico.

Teniendo como base todo lo anterior, resulta factible llevar a cabo un análisis, una crítica y reflexión, para así determinar en qué lado del espejo social de la homosexualidad nos encontramos.

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