viernes, 28 de enero de 2011

Hola, buenos días Irenita

Irene es mi compañera de clase. Nos llevamos muy bien. Es una chica muy maja y bonita: delgada, ojos azules, simpática, estudiosa, inteligente… hace unas semanas, hicimos una práctica de televisión. El presentador de un noticiero mandaba a dar el estado del tiempo. Irene se encargaba de conducir el programa y yo daba el clima.

Todos pasamos en parejas y excepción de unos dos o tres equipos, la mayoría se esforzaban por representar un formato similar al de los noticieros de Radio y Televisión Española. Yo advertí a Irene de un pequeño giro lingüístico que daría a su nombre. Nos tocó pasar. La primer frase de mi diálogo era el saludo. Lo modifiqué y le dije: “Hola, buenos días Irenita”…

Yuriria Sierra, Adela Micha, Joaquín López Dóriga, Carlos Loret de Mola, Francisco Zea, Ivonne Melgar: ¿os suena alguno de los nombres? A ellos les agradezco el descojono que provoqué a los más de 15 españoles con los que comparto la clase: “eso es un noticiero serio”, me dijo Sara en tono de broma.

Aquello realmente me puso a reflexionar en que quizás el ritmo latinoamericano a veces es un tanto ampliado. Les mostré a mis colegas cómo “actúan” los conductores de los noticieros mexicanos, con el ejemplo de Adela Micha y de Yuriria Sierra. Se sorprendieron de ver la manera “poco formal” en la que se da a conocer la información. Mi preocupación dio la vuelta cuando leí un artículo: “Zabludovsky ya estaba allí”. Aquí se destaca el trabajo de Jacobo Zabludovsky como el primer periodista de habla hispana y paradigma de “calidad”. Se reconoce a la televisión mexicana como un ejemplo que tomó el modelo estadounidense y llegó a su éxito al transmitir la información: “fortalecieron la producción, el diseño, la forma de presentación y el salto de fronteras vía satélite y cable”.

Tal análisis ha hecho que cuestione por qué en Europa no apuestan por esa innovación de formato noticioso, ya que sus más de 10 noticieros que transmiten al día no dejan de verse igual de monótonos y con el espíritu no más allá de una simple lectura oficial de noticias.

Europa necesita refrescar el panorama informativo en los medios electrónicos que a estas alturas ya debe de incluir el análisis de un líder de opinión, y tomar en cuenta la opinión pública, lo cual no implica necesariamente un: “Hola, buenos días Irenita…”.