domingo, 12 de octubre de 2008

Las cuatro "F" de las exigencias gays



Feo, fuerte y formal: son ésas las „tres F" que las mujeres, supuestamente, exigen de un hombre.No hay justificación „ortodoxa". Simplemente así se dice y punto.

En la vida de los homosexuales, se podría decir que ellos también tienen parámetros para elegir a su „chico ideal".


Se puede considerar que la primera „F" que corresponde a la de feo, tiene dos aristas.
De principio, hay quienes no son muy carismáticos como para poder exigir a una pareja sentimental que sea inteligente, rica y con cuerpo y físico de modelo. En la misma línea, tal vez es algo incosciente, pero en realidad es muy constante que se termine con el „más feo", o si se quiere ser benévolo será „el menos peor". No por gusto, sino más bien porque las cosas se dan.

Con respecto a la segunda „F", corresponde a la de fuerte.
Sin importar si se es activo o pasivo, hablando en términos de la jerga gay, un homosexual casi siempre desea tener a su lado a alguien con porte masculino, tosco: varonil. Por tal motivo, esta „F", también cuadra con la que las damas exigen.


La tercera „F", que es hasta donde las mujeres suelen perfilar a su „hombre perfecto", es la de Formal. Ahí puede suscitarse una controversia, y de hecho hasta se podría hablar de una ambigüedad de la palabra.

Aludir a formal, es asociar la imagen de un hombre ejecutivo, de mirada conquistadora, y demás. No obstante, alguien que sea un total „pandroso", bien podría tener un comportamiento formal, lo que genera la variación de saber en realidad qué es una persona formal.

Las tres „F" serán entonces, compartidas tanto por mujeres, como por homosexuales. Sólo que ahora, con ésta, la denomindada posmodernidad, donde todo se globaliza como la pobreza, y paradojicamente se comprime como el tamaño de los productos electrónicos, se puede notar que en esta sociedad, al menos la mexicana, se está gestando el desarrollo de la cuarta „F".

Este desarrollo, se ha generado a partir de la llegada de las nuevas generaciones con ideales que exageran pensamientos de „cuidarse", con tal de no comer; lo cual ha conllevado a que incremente el índice de padecimientos como anorexia y bulimia en hombres.


Por tal motivo, es la cuarta „F", la de ser flaco, la que rebasará las exigencias de las mujeres hacia el „hombre de sus sueños", y que además de ser algo quizás lunático, llevará al varón ideal de todo gay a la muerte: literalmente.
Es en ese momento, cuando sale de contexto la broma de las tres „F" de la mujer y ahora las cuatro „F" de los hombres. Si volteamos a ver a nuestro alrededor, no sólo se ha vuelto una realidad aquella superficialidad, sino también un paradigma que mata a la sociedad que nunca logra, ni logrará encajar en alguna de las cuatro casillas de aquellas cuatro „F".